Rubí:
Definitivamente, la intervención comunitaria con las mujeres del Programa Segunda Oportunidad de la ONU de Tehuacán Puebla, fue una experiencia muy grata y enriquecedora, tanto para nosotras, como para ellas. Conocer las historias de vida de las mujeres de la comunidad, tocó mi sensibilidad y refuerza mi vocación como futura psicóloga. Así también, el proceso que partió, desde el diagnóstico hasta la evaluación final, me deja un cúmulo de aprendizajes que, estoy segura, me serán de gran utilidad para el trabajo comunitario. Lo más bonito de la experiencia es poder estar de manera presencial en la intervención y poder conocer de cerca a las mujeres que, en un inicio,se interesaron por participar. Escucharlas y ser testiga de cómo la red de apoyo de mujeres las cobija y las sostiene en su día a día, creo que fue lo que más le dio sentido a esa experiencia.
Cintli:
Para mí la experiencia del proyecto que llevamos a cabo durante este módulo ha sido sumamente enriquecedora, pues hemos ido desarrollando paso a paso desde cero una intervención comunitaria que ha tenido un impacto real tanto en las mujeres participantes como en nosotras (el equipo), el tener la posibilidad de realizar la intervención de forma presencial ha sido invaluable, pues hemos tenido la oportunidad de ver el alcance y las infinitas posibilidades para trabajar al interior de una comunidad, así mismo pudimos también reconocer nuestras áreas de oportunidad, uno de los factores que considero que en este caso nos favoreció es el hecho de que el grupo ya se encuentra conformado desde hace tiempo, las mujeres que participaron ya se conocen y realizan actividades en conjunto desde hace tiempo y ya tienen un alto nivel de confianza entre ellas, lo cual permitió que nosotras nos integráramos con facilidad y que se diera rápidamente un intercambio muy fluido de información y una comunicación bastante efectiva. La intervención me dejó muy satisfecha por el aprendizaje, sin embargo reconozco que el éxito de la intervención depende de todo el trabajo de preparación que hubo detrás y desde luego de el correcto enfoque y aplicación del diagnóstico participativo.
Esmeralda:
Por otro lado el contacto con las mujeres fue una experiencia muy gratificante, si bien solo tuve oportunidad de escucharlas a distancia, pude observar los cambios que tuvieron desde el diagnóstico con la comunidad y al finalizar la intervención.
De esta experiencia me quedo con la grata sensación de que con la información y tiempo que les proporcionamos les dejamos un aporte a su crecimiento personal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario